Guiados por la arqueóloga que formó parte del descubrimiento, Elvira Sánchez, tenemos la oportunidad de conocer una asombrosa construcción del siglo XVIII, como es este gran depósito de hielo de más de siete metros de profundidad cubierto por una bóveda de pizarra, en la que nuestros antepasados almacenaban y conservaban la nieve que traían sobre mulos desde las Sierras de Francia.
La visita incluye un completo e interesante recorrido que se iniciará en el Pozo, para salir a los jardines, donde se podrán contemplar los Siete Picones de la Cerca Nueva de la ciudad; entrar en las dependencias de los restos del Convento de San Andrés, con su misteriosas galerías subterráneas, de origen y función inciertos, lo que añade también singularidad a la visita, para finalizar en el Pozo visto desde abajo.