En el Cerro de San Vicente tiene lugar el primer asentamiento humano, en la Primera Edad del Hierro. Se trata de un pequeño poblado habitado de manera ininterrumpida entre los siglos VII y IV a. de C., situado y caracterizado de forma estratégica por el río, sus reducidas dimensiones y la defensa natural con escarpes rocosos. El caserío era un conjunto de viviendas familiares mayoritariamente de planta circular u oval y excepcionalmente rectangulares, desordenadas que generalmente tenían dependencias auxiliares anejas. Estos primeros pobladores estuvieron allí hasta el IV a.C., cuando sus necesidades de espacio les llevó a poblar el cercano Cerro de las Catedrales, y más tarde el de San Cristóbal.
Pasado el tiempo y una vez que la ciudad ya ha crecido, en el cerro se construye el Monasterio benedictino de San Vicente. Pero durante la Guerra de la Independencia, en 1812, los franceses decidieron establecer allí uno de sus cuarteles, con los destrozos que ello supuso para el monasterio. Más tarde, con la Desamortización de Mendizábal las ruinas pasaron a manos privadas, pero no se hizo nada por recuperarlas. Al día de hoy, la apertura de las edificaciones es ocasional permaneciendo cerradas y sin ningún uso el resto del tiempo. La intención de establecer allí un museo y un centro de interpretación permitirá descubrir parte de la historia de Salamanca desconocida para muchos.
Coordenadas de este lugar: 40.962272, -5.673881