Hoy hubiese cumplido ochenta años, su pasión y orgullo siempre fue Salamanca, donde nació y vivió.
Al regresar del otero,
lleno de gozo y cariño
les dio a una niña y un niño
dos pájaros un cabrero.
Dándole un beso primero,
la niña al suyo soltó;
al pájaro que quedó
no se le pudo soltar,
porque el niño, por jugar,
el cuello le retorció.
Poesías escogidas.- Libro cuarto,
capítulo LV - La condición
Ramón de Campoamor (1817-1901)
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